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El Grupo Aguas de Valencia y la Fundación Limne han organizado un voluntariado para conocer qué especies de murciélagos viven en la zona y construir refugios para estos mamíferos amenazados. Los murciélagos son excelentes plaguicidas, al consumir cada día su peso en insectos. Con esta iniciativa pretenden fomentar la lucha biológica y la recuperación de la especie en la ribera del Turia. 

El pasado viernes por la noche, varias decenas de personas vecinos de los municipios del Turia, entre ellos voluntarios del  Grupo Aguas de Valencia,  se congregaron en el Pozo Radial de Manises para colaborar en la conservación de los murciélagos de la zona.  En concreto, la actividad consistió en la construcción de refugios para murciélagos así como en la detección e identificación de las especies de quirópteros que habitan en las riberas del río.

La actividad se enmarca en un programa de voluntariado ambiental y custodia fluvial, coordinado conjuntamente por el Grupo Aguas de Valencia y la Fundación LIMNE, y que tiene por objeto la mejora y conservación de los espacios naturales del municipio, a la par que implicar a la ciudadanía en el conocimiento de la biodiversidad.

Los organizadores quieren que la ciudadanía conozca mejor a estos mamíferos tan amenazados (muchas de sus especies están en peligro de extinción) y dejen de lado creencias erróneas o falsos mitos sobre estos animales.

Una de las facetas que más llamó la atención a los asistentes es que son  voraces consumidores de insectos siendo, por tanto, muy beneficiosos sobre el control de plagas que dañan los cultivos, así como sobre los molestos mosquitos y moscas negras, tan abundantes en esta época.

Los biólogos de Limne destacan que “en los últimos años ha crecido el interés en el papel de estos mamíferos como controladores de plagas agrícolas” y que, “si bien en nuestro país aún escasean los estudios, en el Delta del Ebro los murciélagos han demostrado ser muy efectivos en la lucha contra la polilla del barrenador del arroz”. Se ha calculado que, en esa zona, suponen un ahorro en pesticidas cercano a los 21 € por hectárea.

Los organizadores aprovecharon la ocasión para explicar cómo se construyen refugios de murciélagos y, en el transcurso de la jornada, los propios asistentes dejaron preparadas cajas nido, que ayudarán a las poblaciones de estos mamíferos tan amenazados, entre los que hay especies en peligro de extinción.

Los técnicos de Limne, además, enseñaron a los presentes cómo diferenciar especies por medio de detectores de ultrasonidos. Estos aparatos “traducen” la señal que emiten los murciélagos y la traducen a un sonido audible por el oído humano. Viendo a qué frecuencia emiten, podemos saber de qué especie se trata.